Saturday, May 30, 2009

Roberto Cajina Leiva

http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2006/03/09/nacionales/14512

Narcotráfico es pandemia que corroe instituciones
Especialista en Seguridad y Defensa avala declaraciones de ministro Ramírez

* Advirtió que un sistema judicial vendido, “podría convertir a Nicaragua en una especie de paraíso”
* Señaló que la corrupción no se limita a un estrecho vínculo con la narcoactividad, sino con el abigeato, daños a la propiedad y violencia contra la mujer

La corrupción que el narcotráfico está provocando en el sistema Judicial de nuestro país puede desarrollarse como una pandemia, y corroer el resto de instituciones del Estado, aseguró Roberto Cajina Leiva, consultor civil en Seguridad y Defensa.

En una conversación con EL NUEVO DIARIO, el especialista dijo estar de acuerdo con las recientes declaraciones del ministro de Defensa, Avil Ramírez, de que el Poder Judicial actúa como “principal socio de los narcotraficantes”.

Según Cajina Leiva, el vínculo de corrupción con el narcotráfico “no solamente corroe al Sistema Judicial en sí mismo. Es como una pandemia, porque tiende a corroer al resto de las instituciones del Estado”.

Destacó, además, que “el poder corruptor del narcotráfico es prácticamente ilimitado”, y advirtió que un sistema judicial vendido, “podría convertir a Nicaragua en una especie de paraíso judicial”.

El experto en temas de seguridad y defensa señaló, sin embargo, que la corrupción dentro del sistema judicial no se limita a un estrecho vínculo con la narcoactividad, sino también con delitos como el abigeato, daños a la propiedad y violencia contra la mujer.

“Puedo citar un caso específico --afirmó Cajina--, el caso de Ricardo Mayorga con la joven que lo acusó de violación y de sodomía”.

Efecto dominó
Según el especialista, la expansión de la corrupción en el sistema judicial actúa como el “efecto dominó”. Por ejemplo, “las facultades de las escuelas de Derecho de las universidades públicas y privadas que existen en Nicaragua, o en los mismos estudiantes de Secundaria, que pueden ver en esa carrera una manera muy fácil y muy rápida de enriquecerse”, advirtió Cajina.

“El otro problema grave --explicó-- es que, en términos de la sociedad, esto podría verse como una cosa normal, y cuando el ilícito, lo anti ético se convierte en una cosa normal, la sociedad pierde pilares fundamentales”.

Conocimiento, pero no conciencia
Roberto Cajina aseguró que los funcionarios del Poder Judicial que han cedido a los “halagos” de los traficantes de drogas, conocen del daño que hacen a la sociedad, pero “tener conocimiento no es lo mismo que tener conciencia”.

“Yo dudo mucho que no estén claros de lo que está sucediendo”, dijo. “De forma sistemática aparecen jueces devolviendo dinero, bienes, absolviendo a personas acusadas de narcotráficos, eso lo dan a conocer los medios de comunicación”, afirmó.

“Pero tener conciencia --continuó-- es reconocer el hecho y tomar las medidas necesarias, para que esa anomalía no se siga repitiendo”.

Cajina responsabilizó a la Corte Suprema de Justicia de resolver el problema, pero en una doble dimensión: “En la dimensión política, pero política no partidista, es decir, en el correcto sentido de administración de justicia. Y, por otro lado, a lo que corresponde la administración de la carrera judicial”.

Señaló que la “ambición” y la “necesidad” son incidentes para el desarrollo de las acciones corruptas en el sistema judicial.

Como respuesta a lo que se podría convertir en una pandemia, entre las medidas drásticas que sugiere Cajina Leiva está, “en primer lugar, la apelación que la Fiscalía debería hacer sobre determinadas decisiones que los judiciales tomen”.

Y “revocar sentencia y suspensión inmediata, no solamente del cargo, sino también del ejercicio profesional”, a los funcionarios del Poder Judicial corruptos.

Respuesta de Manuel Martínez, infantil
El Consultor Civil en temas de Seguridad y Defensa criticó la reacción del presidente de la CSJ, Manuel Martínez, por los señalamientos que hizo del Departamento de Estado de Estados Unidos en contra del Poder Judicial, al cual calificó de “ineficiente”, “corrupto” y “politizado”.

Martínez respondió que “Estados Unidos no ha podido controlar el tráfico de drogas ni con murallas ni con armas, ni nada, y tiene que echarle la culpa a los demás”.

“Para el magistrado que dijo eso --comentó Roberto Cajina--, el problema no debe funcionar en que el sur produce y el norte consume, sino en respetar el Estado de Derecho, y la Ley debe aplicarse en todo su rigor”.

“Me parece que es una manera muy infantil de justificarse”, añadió.

Cajina recordó que el gobierno de los Estados Unidos, a través de la AID, ha invertido una cantidad considerable de dinero en la modernización del sistema judicial. “Y debés recordar que hace algunos meses se suspendió esa ayuda”, apuntó.


El Nuevo Diario - Managua, Nicaragua - 9 de marzo de 2006

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